Cuando nos referimos a un homologo inmediatamente pensamos en la relación de igualdad de dos cosas, o la semejanza que tienen dos personas cuando están ejerciendo un cargo así desde diferentes ámbitos .No estamos tan familiarizados con estos términos.. Siendo así y para este comentario nos vamos a referir a la vibración que todos los seres humanos emitimos y que nos permiten ubicarnos dentro de una situación o experiencia.
Y si hablamos de vibración estamos pensando en algo que se mueve y/o en energía. Eso somos nosotros energía; sabemos que venimos de una gran energía, por consiguiente todos somos energía.
Hay varias leyes que nos acompañan: La ley de causa y efecto, la ley de polaridad, la ley de vibración, la ley de correspondencia, la ley del ritmo, Son leyes que el ser humano ha preferido desconocer haciendo mas denso y lento el camino en este planeta ya que si las tuviéramos impregnadas y les hubiéramos prestado la debida atención, seriamos inmensamente omnipresentes, omniscientes y omnipotentes.
Pero el homologo vibracional tiene su origen en la ley de atracción .Esa precisamente que nos recuerda perfectamente donde nos encontramos, con quien estamos y si nuestros movimientos se hacen en forma correcta. Porque cuando estamos en armonía, nuestro alrededor funciona igualmente. Nuestra similitud con el entorno hace de nuestra existencia, una sinfonía agradable con la salud, la intelectualidad, y lo físico. El que atraiga buenas o malas energías dependerá del tipo de energías que haga coincidir con las suyas.
Definitivamente el paso por la tierra es una experiencia solicitada por cada uno con el fin de de poder continuar con nuestra perfección. El universo siempre nos ha acompañado; nos mantenemos en contacto con la naturaleza, con el aire, con los planetas, con los animales, para que podamos aprender de lo que eventualmente se nos olvida nuestra racionalidad. Debemos conectarnos con la esencia divina que surge como una chispa desde nuestro corazón. Esta presente todo el tiempo y más cerca de lo que creemos.
Normalmente vemos que los individuos quieren descartar o resistir la fuerza o el aliento superior cuando se tata de aplicarla a búsquedas personales. De pronto esto es extraño, tenemos recuerdos de temor en forma abstracta pero de lo exterior. Esa resistencia hace que no podamos invocar el poder, y como resultado se aleja de la principal fuente de la solución. Eso es una de los grandes obstáculos que siempre ponemos en el camino, porque cuando pensamos que nuestras soluciones están en el exterior, pues traemos inmediatamente lo del exterior, bueno o malo. Generalmente es adverso a nuestro propósito.
Pero si entendemos que lo que tenemos dentro es la esencia de la grandeza, de la energía creadora, y sabemos que en nuestro interior, tenemos las soluciones, empleando la meditación – la que aclara los pensamientos y discierne las decisiones, nos daremos cuenta que al expresarlo mediante la palabra o/y oración, inmediatamente toda nuestra aura y alrededor se pone en movimiento. Es el poder que tenemos de nuestra energía, la que lamentablemente hemos dejado de lado atrayendo situaciones que no queremos;, obstáculos que traemos aunque no queramos allegarlos a nuestra existencia. Hemos atraído nuestro homologo vibracional.
El ser humano cuando es consecuente con las leyes anteriores, y tiene la gran conciencia creativa: Dios, fuente amorosa, creativa, universo, Jesús, Buda, Mahoma, empieza a experimentar el gran cambio. Esa gran modificación que paulatinamente hace que ese ser encuentre en EL ARTE DE SER PERSONA, el camino iluminado, y así continuar hacia la eternidad. Ese difícil arte que es encontrarse con uno mismo, de mirar hacia dentro, de expresar nuestros dones, talentos, cualidades, al igual que sentir nuestras emociones, de experimentar la sensibilidad hacia los que aun quedan ignorantes. Así lo hemos querido. No hemos querido encontrar en nuestro homologo vibracional, la palanca para disfrutar nuestra existencia y dejar de pensar en lo que no puede hacer el ser humano.
Entremos en la sinfonía del universo, en la danza de la vida, en escuchar el ritmo de la existencia, en el fluir del aire, en la conexión que tenemos con nosotros mismos que para eso fuimos creados con gran delicadeza , y traigamos a nuestro espíritu con nuestras actuaciones el maravillo homologo vibracional que nos da el ARTE DE SER PERSONA.