jueves, 6 de octubre de 2011

LADRILLAZOS MENTALES

El Arte de Ser Persona
La ironía  y el  sarcasmo,  se han caracterizado por ser  dardos que van directo al ego de los seres humanos. Molesta cuando  no se encuentra preparado  el  individuo emocional, mental, intelectual y porque  no espiritualmente,  y cuando no acepta con tolerancia y humildad,  los planteamientos  emitidos por sus semejantes.

Da risa  pensar que uno ha transitado  en la vida,  empleando alguna vez  la ironía.  Pero lo peor del caso es que siempre se ha confundido con lo satírico, y lo sarcástico. Nuestra  bien   llamada autoestima, ha  desbalanceado  emociones que llevan a una confusión referente a lo que se podrían ser los diferentes significados que empleados en forma desordenada,  han ido lesionando poco a poco  nuestra personalidad.  Desconocemos la diferencia   que existe entre la ironía como una  figura retorica que consiste en dar a entender lo contrario de lo que se dice,  que en su momento puede ser  picaresco,  lo  sarcástico que ya traspasa los limites de la tolerancia, y respeto,  ya que se infiere  como  una burla  sangrienta, mordaz, que se puede utilizar para  ofender o maltratar a personas o cosas, y la sátira que lejos se encuentra de pertenecer  al estadio de dialogo, ya  que  es una figura que  se expresa mediante verso o prosa para inferir por escrito  una burla que se hace.   

En todos los casos la tolerancia   juega un papel importante  ya que se encuentra  supeditada al grado de  relación con que se traten las personas, bien sea  por  familiaridad,  amistad o   convencionalismo  económico o laboral.

El Arte de Ser Persona
Ubicándonos en la tolerancia, saltan a flote  la capacidad de discernimiento con que tomamos  estas determinada situaciones  y la utilizamos para   sacar provecho de ello, o simplemente para hundirnos  en el remolino del sufrimiento. Es doloroso pensar que  la tolerancia  ha permeado  los limites del  respeto, confundiéndose lentamente  con una tolerancia malsana que  raya en el “aguantar” una determinada  situación  y darle paso a la  elasticidad de pensamiento   con el cual se  permite  traspasar  las barreras  de la paz interior. Hay que tener presente que la tolerancia es fácil de aplaudir, difícil de practicar, y muy difícil de explicar.

Cuando nos encontramos con todos estos “ladrillazos mentales”, nos  surge  un gran dilema: como hacer para poder tolerar sin poder utilizar la ironía o el sarcasmo? Oímos irónicamente, “viva y deje vivir” la que conduce lentamente a la indiferencia de genero. Pero cuando tenemos  una emoción alta, que conlleva a una buena autoestima, surge  la tolerancia activa que viene a  significar solidaridad, sin  dejar que se vulnere  la actitud; hay que tener en cuenta que del modo  que obramos  en contra de otros, atenta contra la misma naturaleza que nos rodea, ya que ella misma pide respeto mutuo. Hay que aprender a ayudarnos unos a otros  a soportar la carga de  una existencia que puede resultar si se  quiere penosa  pero pasajera. Las pequeñas diversidades  de los ropajes  que llevamos en esta existencia,  las lenguas  con las cuales les damos ridículos usos, las insensatas opiniones, no deben ser motivos de odio y de persecución.

Debemos pensar desde ya en la  convivencia pacifica, reconocer en los seres humanos,  su individualidad, sin dejar de lado que se pueden aceptar con tolerancia, pero sin  entrar en el conflicto interior  de permitir elásticamente  que se  pisotee un derecho ya adquirido  como es el  de la dignidad de ser  persona  y entrar a aguantar  bajo “la virtud”  de una  tolerancia pasiva o malsana, o todo en aras del amor.

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